Todo creativo es consciente de la fuerza global del sistema de colores Pantone.
Cada código es un color irrepetible con la oportunidad de ser asociado a un atributo y un mensaje contundente.
Pantone ha sabido aprovechar esta gran oportunidad y no han sido pocas las alianzas con marcas que buscan dejar un legado cromático asociado a un fuerte mensaje, a una gran historia.
Por ejemplo, un verde no siempre es verde, en especial cuando hablamos de sistemas de identidad de marcas.
Detrás del cocodrilo de Lacoste hay una historia que empezó con el apodo del tenista René Lacoste. Su determinación en la pista le dio sentido al logotipo que fue el gran sello diferenciador de aquella primera polo que creó junto a André Gillier.
Para sumar a su lista de activos la francesa se alió con el Instituto Pantone y la Fundación Everglades y creó el Forevergreen de Lacoste, un tono verde hierba con matices amarillos que simboliza el follaje de la mayor reserva natural subtropical de América donde más cocodrilos y caimanes conseguimos, y donde lamentablemente más de 70 especies únicas de plantas y animales están en peligro de extinción.
La colección de diseños limitados con el Forevergreen de Lacoste, estará disponible en el Sur de la Florida.
Y no es la primera iniciativa medioambiental del Instituto Pantone en alianza con marcas fuertes. Café Lavazza, a través de su fundación y We Are Social, también crearon THE VANISHING COLOR, para concienciar sobre la desforestación de la selva amazónica.
La fundación Lavazza apoya proyectos de sostenibilidad económica, social y medioambiental en República Dominicana, Guatemala, Perú, Brazil Colombia, Uganda, Tanzania, Etiopía, Vietnam, Indonesia, India y otros.